La batalla por la supremacía de la IA ha empezado oficialmente entre Microsoft y Google. El entusiasmo en torno a la IA (inteligencia artificial) ha alcanzado su punto álgido aproximadamente en los últimos 60 días. Se ha pasado de uno o dos artículos semanales, en blogs especializados, a una multitud de post y opiniones sobre la IA. Por no hablar de las nuevas informaciones y anuncios de Microsoft, Google y otros actores del espectro de la IA.
Después de las insinuaciones a modo “teaser” de Bing, Microsoft finalmente se lanzó a comunicar sus intenciones a través de una declaración completa y organizó un evento especial en su sede de Seattle sobre la integración de ChatGPT en futuras versiones de Bing, Edge, Azure, así como otros productos de la compañía. La demostración y los detalles aportados por Microsoft son impresionantes, y representan una llamada de atención para Google. Algo que seguramente impulsó al gigante de las búsquedas a responder con un anuncio sobre su propio proyecto de IA, Bard.
Según el propio New York Times, el lanzamiento de ChatpGPT por OpenAI y la posterior inversión de Microsoft provocaron un “código rojo” en Google.
Microsoft afirma que su objetivo es reinventar la búsqueda para convertirlas en una “experiencia unificada”, y además señala que el funcionamiento de las búsquedas se había quedado estancado durante años. Según el propio Microsoft, más de la mitad de los 10.000 millones de búsquedas que se realizan diariamente no obtienen respuesta. Por tanto, su plan es integrar a la IA como una especie de “copiloto” de las búsquedas, algo que se aplicará en las nuevas versiones de Bing y Edge.
Microsoft mostró varios ejemplos sobre su funcionamiento, eligió la creación de un menú para una fiesta de cumpleaños y la creación de un itinerario de viaje, para ilustrar cómo la búsqueda, la navegación y el chat pueden combinarse en una experiencia de usuario fluida en la web.
Inmediatamente, sí, y he aquí el porqué
En resumen, Microsoft ha dado el primer golpe y ahora la pelota está en el tejado de Google. La batalla por la supremacía de la IA ha comenzado.
La IA es un campo que evoluciona rápidamente y es difícil seguirle el ritmo, especialmente en lo que respecta legislación. Como dijo el Dr. Ian Malcolm en Parque Jurásico: “Sus científicos estaban tan preocupados por si podían hacerlo que no se preguntaron si debían hacerlo”.
Por su parte, Getty images ha presentado una denuncia por infracción de derechos de autor en relación con imágenes generadas por IA. Después de admitir que utilizaba IA para generar contenidos, CNET (y otros medios de comunicación) se verán obligados a revisar y publicar correcciones porque el contenido ofrecido totalmente preciso. Como consecuencia, CNET ha suspendido temporalmente la publicación de contenidos sobre IA.
En enero de este mismo año, el sistema de educación pública de la ciudad de Nueva York anunció que estaba intentando combatir las trampas de los alumnos en los trabajos trimestrales. En respuesta, OpenAI ha lanzado en las últimas dos semanas una herramienta para determinar si un párrafo ha sido escrito por la IA. Lo probamos a principios de esta semana con resultados dispares. Generamos un párrafo en ChatGPT, no hicimos ningún cambio y lo utilizamos el clasificador de texto de OpenAI. ¿El veredicto? “Poco probable que lo escribiera la IA”.
El uso de marcas de agua para los contenidos de chatbots se están aplicando con el fin de combatir problemas de plagio. Por su parte, Microsoft en su anuncio, subrayó que están trabajando con OpenAI de forma “responsable” y han puesto en marcha determinados recursos con el fin de combatir contenidos que puedan llegar a provocar situaciones de desinformación.
Para el sector del SEO, los avances tecnológicos destinados a mejorar las búsquedas suelen ser positivos. Sin embargo la IA, en su forma actual, no se parece en nada al J.A.R.V.I.S. de Iron Man. La intervención humana sigue siendo necesaria para revisar el contenido, ajustar el rendimiento, comprobar los hechos, etc. Por el momento, la IA debería considerarse una herramienta, y no tanto una entidad de pleno derecho capaz de reemplazar a sectores enteros.
Los cambios producidos los últimos 30-60 días han sido vertiginosos, pero lo más sorprendente es que todo apunta a que este tipo de cuestiones tendrán aún mucho recorrido. De hecho, es probable que 2023 sea el año de los avances en la IA. Eso sí, que cruzar los dedos y confiar en que todos estos desarrollos sean siempre para bien.